Poblado Romano
El yacimiento arqueológico de Valderrepisa es un ejemplo de cómo el pasado sigue vivo a través de la investigación y la conservación. Descubierto en los años 80 del sigo XX, este antiguo poblado romano ha sido excavado en varias ocasiones debido a su ubicación estratégica, lo que ha permitido conocer mejor su historia y ponerlo en valor para su visita.
Reverso de denario de plata (137a.C)
Anverso de denario de plata (137a.C)
Ánfora
Escorias de fundición
Lingotes de plomo
Proceso de excavación (2017)
Arqueta de plomo y tubos de cerámica
Vista General Valderrepisa
Vista General Excavación Gasoducto (1990)
Ubicado en la vertiente norte de Sierra Morena, este yacimiento romano aprovechó su acceso al agua, a la madera proporcionada por los bosques y a su proximidad a las rutas comerciales, clave entre la Meseta y Andalucía. Durante la época republicana (siglos II-I a.C.), funcionó como un poblado-fundición donde se procesaban minerales extraídos de la zona para convertirlos en lingotes listos para su transporte.
Situado a 800 metros sobre el nivel del mar y rodeado de montañas de hasta 1200 metros se benefició de su conexión con las vías romanas que atravesaban Sierra Madrona. Sin embargo, en el siglo I a.C., fue abandonado pacíficamente debido a las guerras civiles romanas y al auge de otros complejos mineros. De sus 4 hectáreas de extensión, se han excavado 1100 m², revelando la importancia metalúrgica del asentamiento.


Estructura
Las excavaciones han revelado tres sectores diferenciados dentro del poblado:
Sector A
Alberga pequeñas estancias, posiblemente destinadas al almacenamiento de herramientas y minerales, junto con viviendas organizadas en torno a una canalización subterránea de agua.
Sector B
Espacio abierto donde se llevaban a cabo trabajos de fundición, con restos de escorias y estructuras vinculadas al procesamiento del mineral.
Sector C
Zona más elevada, con estancias que pudieron servir como viviendas o almacenes, conectadas a un sistema hidráulico que facilitaba el uso del agua en el proceso metalúrgico.
Sector A
Este sector, descubierto en 1990 durante la construcción del gasoducto Madrid-Sevilla, se caracteriza por una posible calle central de 6 metros de ancho y 57 metros de longitud, flanqueada por dos muros paralelos.
En el lado occidental, se encuentran 17 pequeños recintos organizados de manera regular, posiblemente utilizados para el almacenamiento de herramientas o minerales, dado el hallazgo de escorias de fundición y galena argentífera.
En la parte oriental, se localizan estancias de mayor tamaño con evidencias de uso doméstico, como hogares, pavimentos y cerámica. Sus suelos de arcilla roja apisonada y la posible impermeabilización con plomo sugieren una construcción adaptada a las necesidades del asentamiento.
Sector B
La zona intermedia del poblado es un espacio amplio donde se han hallado evidencias de actividad metalúrgica, como escorias, plomo fundido y restos cerámicos. Una tubería de barro cocido atraviesa el área en dirección a una arqueta de plomo, acompañada de otro tramo de canalización cercano.
En este sector se realizaba la fundición de galena argentífera para la obtención de plata y plomo, generando grandes acumulaciones de escoria. La explotación de los recursos de Sierra Morena fue impulsada por el Estado romano, que arrendó las minas a compañías privadas durante la República. Sin embargo, hacia mediados del siglo I a.C., el interés minero se desplazó a otras regiones más rentables, provocando el abandono del poblado.
Sector C
Este sector, situado a una cota superior y con una tipología constructiva diferenciada, alberga estructuras desplazadas hacia el este. Junto al Sector B se encuentran cuatro estancias que, por la presencia de hogares, cerámica y herramientas, se identifican como viviendas.
Al sur, seis compartimentos rectangulares paralelos presentan restos de tubos cerámicos y escorias de fundición, sugiriendo un posible lavadero o hórreo. Además, a 30 metros se ha documentado un almacén con ánforas, cerámica, piedra de molino y otros materiales, evidenciando la actividad económica y doméstica del asentamiento.
La Minería en Sierra Morena
La importancia de Sierra Morena en la antigüedad se asocia con su riqueza metalúrgica. La implantación romana en la zona se centra en la explotación económica de los recursos mineros. En la comarca del Valle de Alcudia y Sierra Madrona esta riqueza minera se debe a la presencia de cinabrio y filones de plata y plomo.
Dentro del marco de la administración romana, los recursos mineros pertenecían al Estado, que podría arrendar los cotos mineros a sociedades (societates publicanorum). La consecuencia más significativa será la aparición de numerosos complejos minero-metalúrgicos como lugares de habitación, almacenamiento y centros para la transformación del mineral, a partir de los cuales se articuló gran parte del poblamiento de la comarca. Uno de estos centros sería el poblado fundición de Valderrepisa.





































