LA PARIDERA
LA PARIDERA
Creada por César Castaño, esta escultura rinde homenaje a la representación femenina en el arte rupestre esquemático.
Realizada en hierro forjado con un acabado en color cobre, su diseño se inspira en las figuras femeninas del panel de Las Parideras de Peña Escrita. Con el tiempo, adquirirá una pátina que evocará los tonos originales de estas pinturas prehistóricas.
Más que una obra artística, busca resaltar el papel de la mujer en la Prehistoria y concienciar sobre la importancia del legado cultural de Fuencaliente.
Ubicada en una de las calles principales del municipio, junto al Balneario y el Pilar de los Burros, forma parte de una iniciativa para promover y preservar el arte rupestre en la región.
CUCON TEMPORIS
CUCON TEMPORIS
Obra del escultor José Ruiz Cañadas, originario de Azuel (Córdoba), donada a nuestro pueblo en conmemoración del centenario de la declaración de Peña Escrita y La Batanera como Monumentos Histórico-Artísticos.
Esta pieza metálica, de tonos cobrizos, se inspira en las pinturas ruprestres, reflejando una fusión entre el arte prehistórico y las vanguardias del siglo XX.
La escultura está ubicada en una de las principales calles de Fuencaliente, junto al Balneario y el Pilar de los Burros, ofreciendo a residentes y visitantes una conexión tangible con el legado artístico ancestral de la región.
OFICINA DE TURISMO
CIARF
YACIMIENTOS
PROGRAMA AYUNTAMIENTOS DIGITALES
En “Peña Escrita”
existe una tribu
que son de otros tiempos.
Pintan las piedras,
con grasa de animal,
de hierro los pigmentos.
Con ello expresan,
el tiempo en que viven
también sus sentimientos.
Y en Fuencaliente,
para que no lo olviden
Y lo tengan en recuerdo…
Hay esculturas
que hablan de amistad
amor entre dos pueblos.
«Rupestre» amigo,
Canta conmigo,
Bailemos con el viento.
Bailemos con el viento.
Amor entre los pueblos.
Y lo tengan en recuerdo.
También sus sentimientos.
De hierro los pigmentos.
Que son de otros tiempos.
La escultura conmemora el centenario de la declaración como Monumento Nacional de las Pinturas Rupestres de Fuencaliente (Ciudad Real).
Está basada en las pinturas de «Peña Escrita», donde aparecen varias figuras esquemáticas de hombres y mujeres en gestación (parideras). Representa la figura masculina de un «druida» , «controlador del tiempo» un «Temporis»
Tiene 3’5 metros de altura, 1’5 m de anchura frontal y 50 cm de fondo.
La figura es un Hombre Rupestre envuelto con pieles y tejidos primitivos en forma de espiral sobre su cuerpo y piernas.
«Ser el druida de la tribu» quiere decir… cuidar a la población en todos los sentidos… señalando los períodos de caza, periodos de gestación de las mujeres, de maduración de algunos vegetales para alimentación, etc…
La supervivencia era primordial y se controlaba (seguramente) a través de la ciclos mensuales y anuales de la luna.
Esta cuenta del tiempo, se hacía desde lugares estratégicos, con buena visibilidad geográfica y se anotaban sobre las rocas seleccionadas por su superficie y protección.
La pinturas rupestres se fueron mejorando al mezclar grasa de animal y otros lementos orgánicos con los pigmentos minerales.
Entre las pinturas rupestres, cuya mayor importancia son la figura femenina de «las parideras» se encuentran unos dibujos esquemáticos que se han relacionado con hojas de helecho, espigas de trigo silvestre, cercados para animales o señalización cronológica del tiempo a través de períodos lunares.
La escultura «Témporis» lleva un cayado donde sujeta el «peine de los tiempos». Aquí se van anotando las fases lunares de cada ciclo anual. Hay señalados doce periodos lunares en números romanos como si fueran nuestros doce meses. Ellos no usaban los números romanos porque son de la edad del cobre (4500 años). Pero la numeración romana es la evolución de las primeras formas de contar con «palotes».
El cayado termina en un sol, que pudo ser otra forma de anotar el tiempo, y que además, es un símbolo escogido por Fuencaliente como reclamo turístico y publicitario.
La escultura también refleja la «amistad entre los pueblos» El acercamiento entre tribus siempre se hacía con regalos.
En una pierna está escrito “Fuencaliente” y en la parte baja “Azuel”. Dos pueblos cercanos que siempre se han apreciado de forma afectiva y amistosa. En el vestuario y decoración de la escultura hay pequeñas figuras humanas del estilo de las pinturas rupestres.
Unas tenazas del herrero de Fuencaliente, que están en una mano, son un pequeño homenaje al que dio consejos desde la experiencia y nos ha cedido el suministro eléctrico: «El herrero de Fuencaliente» ( que precisamente trabajó en el cerramiento de las pinturas rupestres para que no sean expoliadas).
Cucones buenos y honrados, queredme ayudar,
A este rupestre desgraciado, vuestra limosna dar,
Pues soy muy viejo y menguado, y tengo que suplicar.
De los bienes de cinco milenios, no me ha tocado nada,
vivo en gran peligro, una vida muy penada.
Voy de uno a otro sitio, y no tenemos morada
A quien hoy me ayudare, con buena carne
y un pan con chorizo,
Le dé en cuanto comenzare, buena estrena San Isidro
Y cuanto a Dios demandare, otórgueselo bien prontito. Señora «Santa María de los Baños», otorga tu bendición,
Al que hoy en este día, nos dé primero ración,
Tenga su cuerpo alegría y su alma salvación.
También suplicad a la «luna entera»,
Por quien nos dé buena cueva, con cabras, corzos, jabalíes, ciervos y yeguas.
Para mejorar nuestra vida, aquí entre las sierras.
Oh San Benito, tú seas el abogado
Para aquella o para aquel, que de su pan nos ha dado, baja de tu cueva, y guárdanos el ganado.
Que los cucones y cuconas, no tengáis ningún pesar, que tengáis muchos hijos, que anden y brinquen por los riscos,
que os lo deje el “Sol” criar, que sean grandes y sean ricos,
Os guarde el sol de la pobreza, y os dé la luna mucha riqueza.
Quiero decirles, antes de que me acueste,
cucones y cuconas: dadle al rupestre,
que si ustedes no lo hacen, dejaremos Fuencaliente.